La juncia de Alcalá





Una de las especies de juncia, o espadaña. Fotografía tomada de la Wikipedia



Hace ya algún tiempo, mi amigo y compañero en lides plumíferas y tertulianas Fernando García Pelayo me remitió una nota en la que me llamaba la atención sobre un dicho, aforismo o refrán (llámeselo como se quiera) que hacía alusión a Alcalá y que para mí resultaba ser completamente desconocido a pesar de que la fuente de la que había bebido Fernando era algo tan prosaico como el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. La frase en cuestión no es otra que “La juncia de Alcalá, que llegó tres días después de la función”, y el propio diccionario de la RAE aclara que se trata de una “expresión figurada y familiar con que se moteja todo aquello que por retraso viene o se dice tarde y fuera de tiempo”. Yo, por mi cuenta, he encontrado asimismo la expresión “Vender juncia”, utilizada como equivalente a “jactarse, bravear, echar bravatas”. En cuanto a las juncias, se trata de una familia de plantas herbáceas que acostumbran a crecer en lugares húmedos algunas de las cuales son aromáticas mientras que otra de sus especies es la que produce las conocidas chufas.

Ignoro cuáles pueden ser el origen o la motivación del aludido refrán al que se le adivina no obstante un cierto tufillo peyorativo; pero se trata de una referencia a nuestra ciudad que para mí era desconocida y a la que habrá probablemente que unir al conocido tío y a los no menos afamados huevos pares.


Publicado el 8-12-1990, en el nº 1.219 de Puerta de Madrid
Actualizado el 2-10-2008